Hoy lo digo con tristeza y con miedo, como nos cantaba
la chirigota “Los Yesterday” del gran
Juan Carlos Aragón: “Prefiero el pelo largo a las cabezas rapadas”. Qué pena de
mi país aunque siempre me gustó más llamarle pueblo, aunque no lleve una
pulsera en mi muñeca con los colores de la bandera, pero no por eso soy un “patriota” de segunda categoría como nos quieren hacer creer, palabra que por cierto me gusta cada vez menos, no he necesitado nunca una divisa
ni un aviso a navegantes de mis ideas.
Jamás he simpatizado con las cacerías y mucho menos de las de seres humanos…
Ya solo falta "Una Noche de Cristales Rotos" y no es ninguna broma. Sigo peleado con el mundo.