Mi infancia me la anularon por culpa de la religión, siempre viví asustado y preocupado, con eso de ir al infierno, 10 años en un colegio de curas dio para eso y mucho más, en algunos momentos parecía que vivía en una película de terror y miedo.
Con 6 o 7 años me contaban que hacía falta hacer
“méritos” para subir al cielo y me asustaban con lo que me podía encontrar en
las tinieblas, tenía pesadillas por las noches con la condenación eterna,
cuando me explicaban que era el averno: “Después de la muerte, mi alma sería
torturada por pecador” ¿Qué pecados podría yo tener con esa edad…? Pero estaba
claro que un cura no me mentiría, y yo era confiado e inocente, pero esas ideas
me han marcado para siempre.
Que excesivo para un niño que te lo relataran de esa
manera tan dura y cruel, espero que ya en siglo XXI la religión se introduzca
de otro modo, y no como lo hicieron conmigo.
Prefiero una religión que predique el amor y la
igualdad, y no una que “castigue”… De todas formas ya hace mucho tiempo que no
creo ni en el cielo, ni en el infierno…
Te comprendo, así he llegado yo al ateo que soy hoy... :)
ResponderEliminarSalud y abrazo
Qué pena tan profunda siento, cuando me entero de que hayan existido esas prácticas, tan contrarias a lo que los niños necesitan para su felicidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mamel yo también pasé por un internado unos cuantos años y se de lo que hablas , lo pasé muy mal,
ResponderEliminarMe volví reberde.