Una de las "cosas" que hacen los padres en verano en las playas de Chipiona, es cuando está la marea vacía y lo corrales de
pesca se pueden visitar, para que los dejen tranquilos los niños, es comprarle a sus hijos
una camaronera, o lo que es lo mismo los corrales se llenan de camaroneras,
cientos y a diario, acompañado con un cubito de plástico donde echan a las víctimas
que caen en ellas, cangrejitos, camarones, pececitos y todo lo que se mueva,
eso sí dándoles la vuelta a las piedras y no volviéndolas a dejar como se la encontraron,
luego ya en el paseo marítimo volcarán el cubo en cualquier parte porque a su
casa no se van a llevar la "gran pesca".
El daño que hacen al ecosistema costero es catastrófico. Así que les aconsejo que a sus hijos le compren el cubito, el rastrillo y la pala, pero que se distraigan haciendo castillos de arena mojada y fresquita…
1 comentario:
Y de paso, los cientos de pescadores aficionados deberían devolver al mar los pequeños sarguitos y mojarras que capturan. El desarrollo que hacen matando inmaduros es irreversible. Ya tenemos un peazo de mercado para comprar pescaíto rico, rico.
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