martes, 10 de junio de 2025

CAMINANDO


No podía quedarme quieto,

la noche era peligrosa,

insegura y arriesgada,

llena de oscuras sombras acechantes,

unas silenciosas y otras ruidosas.

 

Misteriosa era la vereda,

estrecha y ajustada,

apurando fuerzas seguía caminado

con sequedad en los labios,

sin una mirada atrás.

 

No quería convertirme en estatua de sal.


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