En este siglo XXI el ser humano sufre una gran
enfermedad muy extendida que es literalmente la pérdida de memoria, con un maldito
nombre que no quiero mencionar, de la que nadie está a salvo ni protegido.
El hombre se vuelve frágil y débil por muy fuerte e
invencible que haya sido en su pasado, la mente se va diluyendo al mismo tiempo
que los recuerdos, imágenes borrosas que se amontonan en el cerebro, pero sin
orden ni concierto, creando un caos a su alrededor de donde no puede escapar
sin un triste final.
El mortal está obsesionado por descubrir vida en otros
planetas cuando aún no estamos preparados para vivir en el nuestro.
Luego está la “pérdida de otra memoria”, esa es casi tan
grave como la primera, porque la historia puede que vuelva de nuevo a repetirse sin haberse aprendido nada de las experiencias pasadas, hay que
recordar los hechos y episodios, para no volver a tropezar con la misma piedra,
no es ninguna broma o ironía hablar de olvido y omisión en un tema tan
importante y fundamental, y no tan lejano en el tiempo, esa memoria si se puede
y debe recuperar aunque a algunos les parezca una mierda…
Aprendamos y recordemos.
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