Está claro que el futuro ya está aquí, pero no era como
yo había imaginado, todo va muy de prisa y no consigo llevar su ritmo trepidante por mucho
que lo intento.
Todo tiene que ser pronto y raudo, la rapidez es el
logro, no podemos perder nuestro tiempo viendo el paisaje, queremos llegar a la
meta y disfrutar de nuestro premio que no es otro que la velocidad.
Lo lento nos hace perder las ganas, la inmediatez es la
corana de laurel, la paciencia se pierde si no todo es veloz, el disfrute es lo urgente
e inminente.
La nueva generación no sabrá esperar y aguardar porque ya estarán acostumbrados a que lo despacio es el pasado y ellos no pueden malgastar su momento en esperas…
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