
Era el año 1982 y el grupo musical “Alaska y Dinarama” nos sorprendía con una canción de su disco “Canciones profanas” llamada “Crisis” y su letra nos anunciaba lo siguiente:
“Ventas, rentas, saldos, hipotecas,
alquila, compra, vende, arrienda,
oferta, demanda, valores en alza,
suben y bajan, acciones de bancas,
inflación, devaluación, explotación,
deuda exterior.
Crimen, robo, extorsión, raptos, atracos,
Violación, adulterio, trata, alternes,
mafia, juego, vicio, drogas,
Sodoma y Gomorra.
Guerra, misiles, bombas, torpedos y crisis”.
Hace ya 30 años, pero el mensaje está tan latente como el día que se compuso; sólo hace falta leer los periódicos o ver un informativo para contemplar este panorama tan desolador en el que nos encontramos, donde el miedo de la crisis nos sobrevuela por encima de nuestras cabezas, creando una incertidumbre en una sociedad ya de por si desconcertada por la situación, ya que todos hablan y opinan desde sus púlpitos, pero nadie da soluciones.
¿No se quien tiene que subsanar este gran problema? El político, los economistas, los banqueros o los ciudadanos de a pie, que al final es el más afectado en cuestión. Y casi nadie aporta ideas o medidas que realmente zanjen esta adversidad ya a nivel mundial. Solo se dan respuestas de los motivos que la han producido, pero esto ya no es de gran consuelo ni aliento para la gente que la estamos padeciendo, ahora necesitamos remedios y arreglos y sobre todo una salida, ya estamos cansados de palabras vacías y monólogos insulsos de quien tiene la culpa de esta realidad social actual.
Hemos pasado de la abundancia a la escasez, de derrochar los euros a ahorrar los céntimos, ha llegado la época de las vacas flacas y nadie nos avisó de cómo enfrentarnos a esa circunstancia, porque hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades económicas, sin privarnos de nada, viene la hora de apretarnos el cinturón hasta perder el aliento. Crisis, crisis, crisis...