Mientras los padres y madres se mosquean y enfadan porque los
bares se cierran a las 12 de la noche y se vuelven a enfadar y mosquear porque tienen que
llevar a sus hijos al colegio en septiembre, la historia es que este maldito
verano de 2020 está llegando al final, por lo menos el mes de agosto…
Entre el corona virus, el mosquito del Nilo, el no
poder fumar, el estar espiando a los vecinos de sombrillas con subfusil con
mirada telescópica y granada de mano para que no pasen tu frontera en la playa,
las vacaciones han pasado con mucha más pena que gloria.
Pues yo, como he tenido suerte y precaución, nada de Covid
19, ni putos mosquitos, no fumo, ni voy a la playa y tampoco tengo niños que
vuelvan al cole, el sino y la dicha está de mi lado.
Hoy el almuerzo ha sido de lujo, ración de Penaeus
Kerathurus (su nombre científico) o lo que es lo mismo plato de langostinos de
Chipiona en La Peña "El Chusco" – Casa Manolo.
P.D. Aparte de que estaban espectaculares, frescos y sabrosos y para un
aplauso de media hora en pie como en las actuaciones de Pavarotti, fueron invitados por mi querida
“Lali”, que se repita…
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