miércoles, 1 de diciembre de 2021

CONFIESO


Mi infancia me la anularon por culpa de la religión, siempre viví asustado y preocupado, con eso de ir al infierno, 10 años en un colegio de curas dio para eso y mucho más, en algunos momentos parecía que vivía en una película de terror y miedo.

Con 6 o 7 años me contaban que hacía falta hacer “méritos” para subir al cielo y me asustaban con lo que me podía encontrar en las tinieblas, tenía pesadillas por las noches con la condenación eterna, cuando me explicaban que era el averno: “Después de la muerte, mi alma sería torturada por pecador” ¿Qué pecados podría yo tener con esa edad…? Pero estaba claro que un cura no me mentiría, y yo era confiado e inocente, pero esas ideas me han marcado para siempre.

Que excesivo para un niño que te lo relataran de esa manera tan dura y cruel, espero que ya en siglo XXI la religión se introduzca de otro modo, y no como lo hicieron conmigo.

Prefiero una religión que predique el amor y la igualdad, y no una que “castigue”… De todas formas ya hace mucho tiempo que no creo ni en el cielo, ni en el infierno…


3 comentarios:

Genín dijo...

Te comprendo, así he llegado yo al ateo que soy hoy... :)
Salud y abrazo

Sara O. Durán dijo...

Qué pena tan profunda siento, cuando me entero de que hayan existido esas prácticas, tan contrarias a lo que los niños necesitan para su felicidad.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Mamel yo también pasé por un internado unos cuantos años y se de lo que hablas , lo pasé muy mal,
Me volví reberde.