Que desagradable y poco agradecido es en algunas
ocasiones, tener un trabajo cara al público, sobre todo si se trata de una
pequeña empresa, sea de la índole que sea.
Resumo y me explico, si tu establecimiento tiene el
precio marcado en todos los productos, y cuando dicho cliente ya lo tiene en
sus manos surge la pregunta ¿Me harás una rebaja o un descuento? Y cuando con paciencia y buena cara le dice
que su precio es el marcado, viene con otra de sus propuestas ¿Pero…, en cuanto
me lo vas a dejar?
Y ahora la pregunta me la hago yo, ¿Cuándo esas personas
van al Mercadona, El Corte Inglés o Primark…? ¿Se les ocurren hacer ese
cuestionario? ¿Por qué a los grandes comercios se le acepta todo y a los pequeños se les exigen tanto?
¿Descuento o rebaja? No, el precio es el marcado…
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