Este medio día “accidentalmente” encendí la televisión, cosa que rara vez hago, no soy mucho de tele, no sé qué programa estaba viendo, porque pusieron tantos anuncios que ya no recordaba ni cual era.
En esos 15 minutos o más, no dejaron de anunciar
cafeteras, nunca imaginé lo bien que se lo pasa la gente tomando un café, todos
tenían caras de felices y contentos, luego bombardearon con perfumees y
colonias, lo guapos y delgados que son todos y todas los que lo usan.
Pues yo voy a seguir sin tomar café aunque este triste
y enfadado y utilizaré mi pachuli o patchouli de toda la vida y me da igual
seguir siendo feo y gordo.
Maldita publicidad…
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