Un santo que está en la gloria como condena,
beatificado a la fuerza en el paraíso cumpliendo
sentencia,
soberano divino superviviente en el edén en llamas,
sacro fundador de la leyenda de una corte celestial
marchita,
arde la pira funeraria con antorcha y teas,
ascuas y brasas del fuego eterno y el brillo de las
fogatas,
renaciendo y renovado de entre los muertos,
ya solo falta expulsar a los mercaderes de su templo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario