La Magia del Camino existe, pero no puedes buscarla..., es
ella la que te encuentra a ti, esa es la verdadera magia.
El Camino no tiene que ser religioso, pero si se puede
convertir en místico y espiritual, pero esos momentos no los puedes crear, ni
concebir, suceden y no hay más misterio, solo ocurre en contadas veces y en
este Camino de Invierno 2023, a mí y a casi todo el grupo nos ha sucedido en muy pocas ocasiones, hoy os relato una.
El se llama Casimiro y tiene 97 años, vive solo en
medio de la montaña, pero cerca del Camino, junto a su casa tiene una mesita
que sirve de avituallamiento a los pocos peregrinos que frecuentan tan peculiar
lugar, nos ofrece castañas, nueces, avellanas, frutas y agua fresca a cambio de
nada, solo quiere un poco de charla.
Pues a nosotros 12 nos invitó a visitar su hogar, pulcro y limpio como él, a pesar de vivir en medio del campo y a su edad no se puede
ser más elegante y presumido, una conversación de lo más interesante, ya en su
casa nos ofreció vino, licor de café y orujo hecho por él y buenísimas castañas
pilongas.
En varias habitaciones tiene cámaras desde donde sus hijos
lo “vigilan” y les dan seguridad.
Es increíble la sabiduría de Casimiro y las vivencias
que nos relataba, estábamos tan agradecido que no sabíamos cómo darle las
gracias, por eso hoy estoy escribiendo este texto, un pequeño homenaje a esos
vigilantes y guardianes del Camino que durante años han hecho que esto sea
mágico, gracias Casimiro por existir, esta vivencia la recordaremos siempre que
hablemos del Camino, grande Casimiro.
Escribiendo esto reconozco que han brotado lágrimas de mis ojos, esa es la verdadera magia…
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