Unas tiritas de pimientos verdes, unas rodajas de
cebollas frescas, aceite puro de oliva, una pizca de sal, y como no… unos magníficos
y estupendos huevos de campo de las gallinas de mis amigos Rosario y Paco.
El almuerzo está servido, sin espuma de hidrógeno, ni
elementos desestructurados y muchos menos con pétalos de flores silvestres en
un plato de diseño, ahora a mojar sopones… en el manjar de los dioses.
Podéis pinchar la foto para agrandar, pero ni oleréis ni degustaréis… lo siento, es uno de los problemas de lo virtual... me cachís...
Podéis pinchar la foto para agrandar, pero ni oleréis ni degustaréis… lo siento, es uno de los problemas de lo virtual... me cachís...
2 comentarios:
Para ser perfecto faltan las patatas fritas en aceite de oliva a fuego lento, supongo que el vino lo tendrás por ahí... :)
¡Buen provecho!
Salud
Esta bueno ¡disfruta! abrazo
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