Lo podemos llamar como queramos: Fisterra, Finisterre,
Fin de la Tierra… Lo que está claro que con esta etapa hemos terminado lo
comenzado, El Camino de Santiago…
Cada peregrino lo vive de una forma diferente o todo lo
contrario y son muy parecidas. Llegar a ese punto significa el final del viaje,
para unos religiosos, para otros místicos, pero sobre todo personal, esas vivencias y experiencias son únicas e intransferibles y serán
recordadas hasta que tengamos memoria.
Ver la inmensidad del mar, no hace sentirnos pequeños,
seres diminutos, pero que con esfuerzo y constancia conseguimos casi todo lo
que nos proponemos, hacer El Camino es una de esas propuestas conseguidas…
Deseando de volver a empezar…
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