Idiota muy idiota, y en muchas ocasiones, y casi siempre cuando defendía mis ideas y pensamientos. No seré yo el que de clases de ética y moral.
La fe ciega y la verdad absoluta rara vez existe, algún
matiz en todas las ocasiones serán discutibles y debatibles.
En algunos momentos me habré sentido tan seguro de mismo que desde algún púlpito o estrado imaginario por unos instantes, me he convertido en el mejor orador y conferenciante y a partir de ahí es cuando me transformo en un tonto muy tonto…
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