Todo el que me conoce sabe que soy un defensor y enamorado de mi
pueblo, por eso esto que escribo no es ninguna crítica maliciosa ni perversa.
Estas fotografías ilustran un paseo hace dos días,
justamente donde estaba ubicado el edificio de “Marielo”, junto a la playa de
Regla.
Pues las olas cubrían su limpia arena, si mis ojos no
me engañan lo que acompaña las cristalinas aguas era “pura mierda”.
En este escrito no busco culpable pero si soluciones.
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