Te fuiste sin mirar atrás,
nada te ataba ya,
eras libre como la luna,
rebelde como las olas del mar.
Tus nudillos ya no acarician la mesa,
las letras no juegan en la hoja en blanco,
las musas no revolotean en tu cabeza,
tu voz ya no canturrea futuras coplas.
Silencio, ahora solo hay silencio.
Y tu como siempre Pepe…, a tu manera.
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