Esta mañana pasé al “súper” para comprar algo para
desayunar como casi todos los días, primero cogí un bollo de pan, para más
tarde pasar por la vitrina de chacinas, fiambres y conservas, la estuve mirando
un buen rato para mirar que deseaba comer en ese momento.
Después de un buen raro, desistí porque no se me
apetecía nada de lo allí expuesto y eso que estaba a rebozar, volví a dejar el
pan en su sitio, y salí de allí, enfadado por no haber comprado nada.
Más tarde dando un paseo, mi mente se fue divagando
sola como muchas veces hace, y me vino el pensamiento de la suerte que tenemos
algunos de haber nacido al otro “lado”, donde la abundancia y el bienestar
existe y una cosa tan simple como es comer lo tenemos tan fácil, que haya miles
de personas que mueran de hambre en pleno siglo XXI es para no creerlo, pues
eso está pasando actualmente y nadie hace nada para poder remediarlo a nivel
mundial, algún día la historia juzgará al Primer Mundo por ello.
Hoy me odio a mi mismo…
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