Siempre he admirado a la gente valiente y audaz, pero
lo que no soporto es a los que luchan en guerras ya perdidas de antemano,
defendiendo causas desencaminadas y torcidas desde sus inicios, dándose cabezazos
contra un muro cuando a menos de un metro tienen una puerta abierta.
Salvaguardando lo insostenible, rebatiendo todo de
forma absurda y rozando el ridículo.
Ahora que está muy de moda lo de decir “Gente tóxicas” en el chipionero ibérico su sinónimo es “Er Mamahostias”.
Hay gente que les gusta comulgar con ruedas de molino.
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