Cuando tengo "conversaciones profundas" con nuestro amigo
Miguelito, ¿No sé quién se sorprende más si él o yo…?
Ayer mismo me comentó, que en la playa había conocido un
niño que tenía dos madres, y me lo contó como una cosa de lo más normal del
mundo, se me hace grato que no se asombre y no lo vea como una cosa extraña.
Está claro que vive en un entorno tolerante y abierto
donde le preocupa más: el maltrato animal, el cambio climático, que la gente no
recicle o las enfermedades y el hambre de la humanidad…
Espero que no pierda la inocencia y la naturalidad y que luche por la idea de que un mundo mejor es posible.
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