Presentado el libro “Historias de Mujeres en tiempo de COVID” realizado por
la Delegación de Igualdad de Chipiona
Continúa desarrollándose en Chipiona la programación que conmemora el 25N,
Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres. En la mañana de hoy ha
tenido lugar la presentación del libro ‘Historias de mujeres en tiempos de
COVID’ que incluye 21 relatos sobre mujeres en los momentos más difíciles de la
pandemia.
La iniciativa, puesta en marcha por la Delegación de Igualdad del
Ayuntamiento de Chipiona con la financiación de la Diputación Provincial de
Cádiz y que retoma la iniciada en el año 2003, se puso en marcha con la idea de
que se convirtiera en un medio para que cualquier persona pudiera expresar cómo
se han sentido las mujeres en el complicado tiempo de pandemia a través de
pequeños textos literarios.
Hace unos meses la Delegación de Igualdad del
Ayuntamiento de Chipiona me invitaba a que participara en esta iniciativa, y
hoy mi texto ha quedado reflejado en este libro de pequeños relatos llamado: "Historias de mujeres en tiempos de COVID" y
esta ha sido mi aportación.
SOLEDAD
ACOMPAÑADA
Nuestros hijos crecieron e incluso ya nos dieron nietos,
los años fueron pasando, él se jubiló hace unos meses, las relaciones eran
buenas, eso creía yo… pero muchas veces pensé que solo era una soledad
acompañada.
El 14 de marzo saltó la alarma, confinamiento, nunca
había escuchado esa palabra y menos haberlo vivido, la pandemia y una cosa
llamada Covid-19, surgió de una forma aplastante y aterradora, periódicos,
radio, televisión y el maldito Facebook no hablaban de otra cosa.
La comunicación con los amigos y la familia se volvieron
frías y distantes a través del teléfono, fueron pasando los días y también las
semanas, la percepción en casa era extraña, tanto tiempo junto a mi marido
nunca había sucedido, pero en el fondo me sentía sola, la rutina diaria siempre
era la misma, jornadas repetidas una y otra vez: Unos buenos días sin ganas o
qué quieres de comer, las horas se hicieron eternas…
Su trabajo le había ocupado media vida y la mía se fue
cuidando a nuestros hijos: en las tareas de la casa y algún domingo de paseo: pero
ahora esta sensación de aislamiento y el encierro en cuatro paredes me hacía
realizar balance cada día.
Venían recuerdos casi borrados de mi memoria; el día que
nos conocimos, el primer beso, los preparativos de la boda, el nacimiento de
nuestros hijos, el nuevo coche, el chalet con la piscina… realmente ese era el
resumen de mi vida.
En las largas noches, me hacía una y otra vez la misma
pregunta… ¿He sido feliz? El silencio era la respuesta y una lágrima caía por
la mejilla, mientras veía la televisión, y disimulaba… en algunas ocasiones el
me preguntaba que me pasaba, con una falsa sonrisa encubría la confesión y
callaba…
La epidemia del desamor hacía ya mucho tiempo que nos
contaminó, se había instalado en todos los rincones de nuestro hogar, y
ningunos de los dos estábamos dispuesto a hacer una limpieza afondo.
Esta nueva situación solo nos hizo descubrir que no hacía falta que nos matara el Covid-19, ya estábamos muertos…
1 comentario:
Felicidades por tu excelente colaboración. Una circunstancia que ha puesto a todos a prueba.
Un abrazo.
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