Cuando fueron desapareciendo las peñas carnavalescas una a una, nadie se preocupó de ello, y ahora que surge la decisión de eliminar el concurso de piconer@s por falta de participación, todo el mundo se raja las vestiduras, y tienen soluciones para la cuestión y sobre todo criticas.
Resulta que en aquellos años nadie le dio importancia a
su ocaso, y el buen trabajo que se realizaba desde ellas, poca gente lo valoró, doy fe porque lo viví
in situ, ahora es tarde…
Desaparecieron muchas más cosas y eventos: las peñas carnavalescas,
las actividades de la Calle Azucena: su perla, su pregón, los Juegos de la Infancia,
actos gastronómicos, peñas de cabalgatas, solo por citar dos ejemplos: Los
Pollos o Los Momos, agrupaciones: chirigotas, comparsas y como no recordar el
coro de la Peña Cruz del Mar, la gran fiesta de piñata..., esto es solo un apunte, porque esto sería mucho
más largo.
Las personas que realizaban todo esto, se cansó o
simplemente se aburrió, los años pasan y las “tradiciones” de la que mucha
gente habla y escriben, desaparecen sin más.
El chipionero es mucho de “apretón” y luego
transcurrido el tiempo, la euforia y el entusiasmo desaparece con la misma
rapidez que entró, filosofía chipionera que no he inventado yo, por supuesto.
Ahora todos, hacemos leña del árbol caído… La polémica está servida, hasta que surja otra y nos tenga entretenidos y nos convirtamos en eruditos y doctos como siempre detrás de la pantalla de nuestro ordenador…
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