viernes, 11 de diciembre de 2020

MI BANCO YA NO ME MIMA...

Lo felices que éramos cuando salíamos de nuestra entidad bancaria con una cubertería, una vajilla o una televisión, nos íbamos para casa muy contentos y jubilosos con nuestro regalo debajo del brazo y un apretón de mano del señor director.

Pues ahora sales del mismo banco con el cuerpo lleno de malas ideas, un malhumor gigantesco, con cara de pocos amigos y un lenguaje que más quisiera la niña del exorcista y con muchas ganas de pegar chillidos, acordándonos de todos los santos y de la familia del director.

Basados en hechos reales… y cualquier banco puede adaptarse a esta historia.


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