Estamos llegando a unos momentos en el que tendremos que
comprarnos una isla desierta y una para cada uno, como están los tiempos ya no
soportamos ni nuestra propia sombra, es que no nos aguantamos ni a nosotros
mismos.
Solo nos falta un ring, no vamos a necesitar ni
sparring, estamos también preparados y ejercitados que no nos hace falta ni
entrenar, los derechazos no los veremos ni venir, un púgil en cada esquina insultándose
hasta que suene de nuevo la campana, e intentar un gancho o un golpe bajo que
derribe al contrario o por lo menos acorralarlo contra las cuerdas.
La victoria puede ser por nocaut y la decisión puede
ser dividida, unánime o por mayoría que eso es ya lo de menos… las hostias ya
están repartidas y muy bien adjudicadas y suministradas en el cuadrilátero…
El nocaut técnico ya ha declarado al ganador y la
toalla ya está tirada… y en el primer asalto, contando los diez segundos al que
esta noqueado en el suelo.
Con lo poquísimo que me gusta a mí el boxeo… se acabó el combate.
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