Primavera de 2019, mi gran amigo Carlos se convirtió por
unos momentos en “Indiana Jones en Busca de la Ventana Perdida”, y además sin
salir de La Peña “El Chusco”, una ventana tragaluz que llevaba más de 30 años
escondida y oculta en la pared, con cerca de un siglo de su creación, vio de
nuevo la luz.
Y gracia a otro gran amigo como es Lolo, la ha
rescatado para posteridad, formando parte de la decoración de tan singular
local.
En las fotos se ve como poco a poco va apareciendo el
peculiar hallazgo, es tiempo para recordar…
P.D. En dicho hueco no se encontró el Santo Grial, pero si tres botellas de moscatel que mi padre emparedó durante ese tiempo, y que aún se pueden apreciar.
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