Como si de Forrest Gump se tratara, él solo quiere correr no puede estarse quieto, se pregunta una y otra vez ¿Dónde va la gente que no quiere estar en ningún lugar?
El eclipse de luna le provocaba decepción, las mareas
suben y bajan y él sigue sentado en aquel banco, aún espera el autobús, esa
tardanza le hace ver pasar el mundo frente a sus ojos, pero algo que no sabe
qué es... le ha robado el pasado y eso le impide soñar…
Se mira en el espejo, se vuelve a mirar en él y lo repite hasta la saciedad, pero ya no se reconoce, su cuerpo permanece pero no el espíritu, ya sólo quiere volver a casa cuanto antes…
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