Diario de a bordo: Otra etapa cumplida, otros 10 kilómetros
en dos horas, en esta ocasión por la vía verde, desde la antigua estación del
tren de Chipiona hasta la urbanización de Costa Ballena, acompañado de mis
amigos Tere y Tomas, con mascarilla y guardando la distancia…
Hacía tiempo que no hacía este recorrido, por lo menos
desde el verano pasado cuando me preparaba para el Camino de Santiago… qué serio
está hoy este comentario, será el cansancio.
Empezamos a las 20:30 con la luz del día pero a la
vuelta las 22:30 la oscuridad era total en medio del campo y los pinares, nos hubiera hecho falta unas linternas de mineros, por miedo a los tropezones…
pero al final no tuvimos ningún percance.
Por el camino no hemos dejado títeres con cabeza, hemos
“rajado” de todos, hasta de tí que estás leyendo esto…
Desde que hemos podido salir a pasear, ese tiempo que
estamos fuera de casa, por lo menos yo tengo la sensación que no está
ocurriendo lo que realmente está pasando, por un par de horas hago una vida
totalmente normal.
Ahora solo tengo que tener el valor de entrar en una
farmacia, para subirme a la báscula e introducir la moneda de 20 céntimos, cerrar
los dedos y cruzar los ojos o al revés y
pedir a todos los santos del cielo que los dígitos no vayan subiendo a toda velocidad como si
fuese el contador del ascensor del Empire State con King Kong incluido, cuando me atreva prometo hacerle una foto al "papelito" que escupe la máquina.
Hoy una frase para mis lectores "Me hago responsable de lo
que digo, no de lo que entiendas".
Esta es la
música que suena cuando estoy ya en casa después de la caminata y miro de reojos al sofá, y pienso estoy a punto de conquistar el paraíso...
1 comentario:
Yo también pienso que no es real. Un beso
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