Cada día tengo menos ídolos, todos con el paso de tiempo se fueron cayendo, primero los de barro, luego los de madera, ya no me quedan ni los de hierro,ahora mis dioses son de carne y hueso…
No moran en el edén ni en el cielo, tienen los pies en la tierra rozando el suelo...
2 comentarios:
Nunca tuve dioses,ni ídolos tampoco,no puedo opinar,abrazos.
Hay gente a quien admiro.
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