Desde hace algún tiempo intento estar en Estado Zen,
está claro que no busco la iluminación, con el recibo de Endesa tengo ya
bastante luz y me sobra.
El despertar espiritual también lo perdí por el camino,
ahora solo intento no cabrearme con gente toxica que se acercan a mí, con
pensamientos y comportamientos, que ni comparto, ni me interesan, cruzo los dedos
e incluso cuento hasta 1000, para no decir lo que estoy pensando y prefiero alejarme disimuladamente del centro del huracán antes de hacerlo.
Llamarme raro, pero mi tiempo me pertenece y además es intransferible,
y no estoy dispuesto a malgastarlo de esa manera.
Os dejo que me retiro a mis aposentos a meditar para controlar mi respiración para alcanzar el Nirvana, y con ello la coordinación de las dos neuronas que me quedan en el cerebro, desconectando de este mundo salvaje…
No hay comentarios:
Publicar un comentario