A todos en alguna ocasión se nos llena la boca al decir que somos tolerantes, compasivos y comprensivos…
Pero cuando se nos pregunta que si somos racistas o xenófobos,
siempre la primera respuestas es un “no” rotundo, para rápidamente sale la palabra
“pero”, o lo que es los mismo “no lo soy…, pero”.
A partir de ahí empiezan a salir excusas y pretextos,
para no negar lo anteriormente contestado, y el “pero” cada vez se hace más grande y extensivo.
El ser humano es de muchos sí, muchos no y muchos “peros”.
“Nadie nace odiando a una persona por el color de su
piel, o su origen, o su religión” (Nelson Mandela).
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