No necesito a un perro para tenerlo amarrado en una
caseta para que me cuide un campo, tampoco para mantenerlo todo el día en casa
en la azotea, o que toda la calle que vea sea..., desde un balcón, eso no lo quiero…
Yo lo tengo para disfrutarlo, para acariciarlo, me
regocijo y me recreo alimentándolo, sentando muy cerca con el en "nuestro" sofá, paseándolo y sobre todo viéndolo feliz a mi
lado.
Resumo: El me da más a mí que yo a él, pero muchísimo más, es mi amigo.
P.D. Sigo enfadado con el mundo…
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