Diario de a bordo: Por fin el anhelado sueño se cumplió,
después de 50 largos días sin ver el mar por fin hoy lo he visto, y he disfrutado
más que Grey el de las 50 Sombras. (Y eso que no he leído ni el libro ni he visto la película).
Qué alegría de ver la playa, la arena… y un montón de
gente, además he tenido la sensación de ser famoso, ni Alejandro Sanz, que de "holas y adioses" todo el mundo saludándome y moviéndome la mano incluso gente
que ni conocía, solo me ha faltado firmar autógrafos y decir “fotos no por
favor”.
Y lo mejor el desfile de modelitos, una con una pasada
de jugar al tenis del siglo XIX y una camiseta de la Expo de Sevilla del 92, otra con unas mallas de su hija pequeña o de su
pasado muy lejano, de mí, mejor no hablar, menos mal que la camiseta XXL que llevo
no tiene botones, si no sería un arma muy peligrosa, diez gramos más y estalla…
Pero a pesar de todo que lujo de paseo, mañana repito
seguro, aunque tenga un esguince, una torcedura de ligamento, un desgarro
muscular y de tendones, una lesión de rodilla, hinchazón en las canillas y
dislocaciones hasta en el carnet de identidad y agujetas de color de rosa.
Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de una puesta de
sol, a partir de ahora las vamos a apreciar más, he visto a la gente optimista y
alegre, qué mejor medicamento, si las normas se cumplen todo irá bien, está
claro que depende de nosotros, espero que la luz al final del túnel no sea un
espejismo.
Espero estar mañana a la altura de las circunstancias,
no me matará la pandemia, lo harán mis salidas deportivas…, me voy a estirar las piernas a ver si las
encuentro. Yo no estoy gordo, gordo..
P.D. Si quieres seguir los textos de "La Cuarentena" pincha AQUÍ.
2 comentarios:
Qué suerte poder ir a la playa. Un beso
Estas muy bien
Publicar un comentario