Nos mordemos la lengua, el silencio nos hace cómplices, mutismo por el foro, afonía contra el desencanto, la mudez distorsiona nuestros oídos, pero sigue la callada por respuesta.
Nos piden discreción y cautela, pero con sigilo y
reservas, ocultación y mucho disimulo, todo envuelto en una frágil calma... con
paz y sosiego.
Tranquilidad falsa y adulterada, quietud aparente y falsificada, reposo fingido y artificial, pausa postiza y desfigurada, tregua disfrazada y contrahecha, muchas veces más de lo mismo, por la izquierda y la derecha, la democracia está en juego, y las cartas y el futuro..., sobre la mesa.
1 comentario:
Qué difícil panorama. Todos dentro de una olla de presión.
Un abrazo.
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