viernes, 18 de febrero de 2022

RELIGIOSAMENTE ATEO

Esta historia da comienzo en el curso escolar 69-70, mis padres con todas sus buenas intenciones me matriculan en un colegio religioso.

Tenía 6 años y de los de antes o lo que es lo mismo inocencia absoluta y total, con esa edad la religión creó un estrago en mi cerebro y en mi vida personal que me ha perseguido para siempre.

Mi timidez era espantosa, mi cobardía aún mayor y la vergüenza giraba como un tiburón a mi alrededor, en aquellos momentos era el niño más bueno y responsable de la clase, pasé de puntilla para no hacer ningún tipo de ruido para no llamar la atención.

Las creencias religiosas me la implantaron e introdujeron a base de miedo, no había noche que no tuviera pesadillas con lo que me habían explicado en las clases día tras día que eran siempre muy repetitivas: Me hablaban de muerte, de demonios, de infierno y el fuego eterno, muy fuerte para un niño de poca edad que se creía todo lo que decían aquellos curas.

Si sufrí bullying pero no por parte de otros alumnos, me lo hizo el profesorado, hablándolo años después con compañeros de aquella época, son muchos los que lo recuerdan como yo lo relato en estos momentos.

¿Qué pecados y culpas podía haber cometido un crío tan pequeño, que maldad y perversiones podía haber realizado, para tenerme tan asustado y aterrorizado?

También recordar que en aquella escuela hasta el recreo era una asignatura y unas normas que parecían más a una cárcel que de un colegio, allí todo era castigable.

Esa “educación” me marcó para siempre, aquella frase de que “La letra con sangre entra”, allí se realizaba al pie de la letra, que de guantazos y reglazos en la palma de las manos sufrimos todos en aquellas aulas.

Hoy con 58 años todavía lo recuerdo como si fuera ayer, durante años fui una persona muy religiosa, pero con el paso del tiempo me fui alejando y en estos momentos soy religiosamente ateo.

Otro texto para perder amigos en el Facebook.

P.D. Este escrito está basado en hechos reales, que nadie me lo ha contado, los he vivido yo.


1 comentario:

Sara O. Durán dijo...

Ahora es que comprendo el ateísmo español. Muchos vivieron eso tan terrible. Por acá, los religiosos en su mayoría han sido la otra cara de la moneda y por eso hay tantos católicos. También hubo casos terribles, pero son los menos.
Por fortuna yo fui a escuelas públicas en las que está prohibida por la Constitución mexicana la religión. Yo soy creyente por mi propia elección. Fui criada en el ateísmo. Se es más feliz con fe. Dios no tiene la culpa de que usen su nombre ciertos religiosos criminales.
Un abrazo.