Nadie conoce a nadie,
pero la gente sigue quemándose las manos por ese alguien,
en el reino de las mentiras moran príncipes y princesas,
trileros, farsantes y mucha chusma,
juramentos falsos empañan la verdad,
víctimas de su propio veneno
con lágrimas que no llegan al suelo,
En el salón sigue sonando la música,
pero ya no te apetece bailar,
subiendo a los más alto,
para caer en lo más bajo,
tu corona rodó por el suelo,
no hay faro que te guie,
y la oscuridad hará el resto,
de vez en cuando prometo golpear tu memoria...
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