Le hubiera gustado dar un portazo,
pero solo cerró suavemente la puerta,
poco equipaje guardó en su memoria,
alguna sonrisa de rebaja y oferta
y mucho desencanto en la maleta…
Puso rumbo a una isla habitada,
y no desierta,
un nuevo balcón donde ver las puestas de sol,
ya no reina la soledad,
mala consejera,
como cantaba Frank Sinatra,
la vida es hoy..., y vívela a tu manera,
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