Queridas
Majestades de Oriente: como cada año por estas fechas os envío mi carta con la
lista de regalos que me gustaría que en la madrugada del 5 de enero aparecieran
como siempre por arte de magia debajo del árbol.
Os
puedo asegurar como bien sabéis... (ya que todo lo veis) que me he portado muy
bien, en esta ocasión como habréis podido apreciar la misiva es muy corta, ya
que solo quiero una cosa, en los tiempos que corren sería muy irresponsable y
egoísta por mi parte pedir más.
Os explico lo que deseo... lo que pido no se si
está en vuestras manos, pero siendo Magos como sois seguro que lo podréis
solucionar... quisiera que en el próximo año la sonrisa no desapareciera de mi
rostro, solo os pido eso.
Si
la sonrisa no se borra de mi cara, será señal que tendré salud, amor, dinero y
paz, me gustaría compartir este regalo con toda esa gente que me rodea a los
que conozco y a los que no, que las risas y alegría me acompañe allí donde yo
vaya...
Queridos
Melchor, Gaspar y Baltasar: sin más me despido y como siempre os dejaré los
tres vasos de leche de “soja”, el plato con las galletas “light” y el agua
“mineral” para los camellos, para que tengáis fuerzas para dar buen término a
una noche tan larga y mágica, espero que cumpláis todos los sueños y deseos de
toda esa gente que aún siguen creyendo en vosotros, solo desearos lo mejor, un gran beso
para los tres…
P.D. Se despide el niño Mamé Valdés.