Que pasaría si hoy dijera hasta aquí he llegado, se acabó, se terminó, mis compromisos llegaron a su fin, ya no me interesa el ecologismo, el pacifismo, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad… y tantas otras cosas que hasta ahora me preocupaban y formaban parte de mi vida y de mi modo de pensar.
¿Y si he estado todo este tiempo equivocado? ¿Y si todo lo anteriormente mencionado era mentira? ¿Y si todo era marketing y poses? ¿Y si lo guay, lo snob, la modernidad, la vanguardia, lo progresista, lo último, lo in… formaba parte de todo eso?
Seudos hippies de diseños, sibaritas con pañuelos palestinos, piojosos enchaquetados con tarjetas de créditos, lujosos placeres en las manos de los showman de la política, princesas del pueblo que alcanzan altas cuotas de audiencias, sicarios y asesinos a sueldos fijos discípulos de Judas, sibilinos chaqueteros oscuros y misteriosos, ambiguos maniquís andantes víctimas del desamor, pirómanos empleados en un sex shop, colonos en la gran ciudad, amigos postizos, abrazos fingidos, besos sintéticos y caricias que te arrancan la piel, solo son margaritas para los cerdos...
Disciplinas impuestas por el partido, fe ciega en las religiones, cruzadas y guerras santas, muerte al enemigo, calumnias y alabanzas según soplen los vientos, suplicios, martirios, calvarios y travesías por el desierto, puros y recatados en los templos donde el humo del incienso oculta los bajos instintos, libidinosos y lujuriosos en los tugurios libres de impuestos, bufón de los señores por la bolsa de las 30 monedas, trovador del mejor postor de odas y poemas, gloria a los vencedores... perdedores al olvido, altares o cunetas, premios laureados o castigos sanguinarios, no necesitamos más mentiras ni más héroes.
P.D. “A un náufrago le queda el horror de las olas, aunque estas sean tranquilas”, dijo el poeta romano Ovidio.