miércoles, 13 de mayo de 2020

SEXAGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE CUARENTENA


Diario de a bordo: Hoy me he llevado todo el día haciéndome una pregunta ¿Habrá habido nuevos amores en los tiempos de la pandemia…? Durante toda la caminata de esta tarde me iba inventando una historia de pasión y amoríos…

A ella la llamé Julieta y a él Romeo, se han conocido en el periodo de cuarentena, comprando en un supermercado, no puede haber un lugar más romántico, señal que están sanos y con dinero, todos los días realizan allí sus citas prohibidas, los dos con guantes y mascarillas, ella le ha dicho que es esteticista y el es protésico dental…

Están deseando que llegue la hora de ir a comprar y encontrarse todos los días en el “súper”, en el apartado de los lácteos comprando los yogures bífidos sin lactosa, y allí escondidos entre estanterías y estantes, hablan de su futuro incierto y en la cola se dicen un hasta mañana moviendo los dos al unísono las manos y hasta la jornada siguiente…

Después de más de dos meses de confinamiento, llegó la hora de respirar el aire puro, ayer fue su primera cita… poco a poco se fueron acercando sus cuerpos, y solo la orilla del mar como testigo, sin guantes, ni mascarillas… y los ojos se les abrieron de par en par, ella miró las manos de su Romeo ya sin “fundas”, sus manos blancas como la leche y unos dedos largos y finos, pero ¡¡¡ay las uñaaaas…!!! le surgen como peinetas, y negras y mugrientas que parecen de “azabaches”, que ni las de un mecánico de coches en plena faena, y en la cara ya no le cabe más un grano, un punto negro, ni una espinilla…

El protésico dental cuando vio a su querida Julieta ya sin mascarilla y descubrir que la boca la tiene llena de dientes, colmillos y muelas pero a su libre albedrío y las caries campando a sus anchas… y un bigote que más quisiera para el Emiliano Zapata… el encanto se rompió en aquel preciso instante, se miraron y la magia rodó por el suelo…

No hizo falta la prohibición de sus familias para terminar con el amor prometido, los Capuletos y Montescos en esta ocasión se ahorraron los gastos de los entierros.

“Es casi ley, que los amores eternos son los más breves”, William Shakespeare.




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2 comentarios:

Susana dijo...

Gracias por hacernos sonreir. Un beso

maile dijo...

A veces sucede.
Saludos caballero.