Gracias por nada y perdona las molestias, tanto sarcasmo y sandeces, sin tolerancia, ni indulgencias.
El odio y la rabia brilla y brilla, pero no te alumbra
y los reconocimientos y los agradecimientos en blanco quedan.
Unos venden sus vidas a bombo y platillos, otros con
silencios de velatorios, lo vulgar ya no concede amnistías y el indulto se
burla a tu espalda, cuando juegas con medias verdades o mentiras a medias.
Te conformas pidiendo misericordias a los dioses caídos, rezos y plegarias y golpes de pechos, pero cruzando los dedos, líbrate de tus pecados porque si miras atrás te convertirás en estatua de sal…
Tu sonrisa irónica ya es solo basura y bazofia...
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