Una vieja alfombra roja para sus pies,
halo de misterio descubierto al momento,
rayos, relámpagos y centellas,
empieza su número,
fuegos artifíciales y comienza el espectáculo,
con un silencio absoluto.
Convocar la atención, es su función,
el círculo se cerró, y el público se aburrió,
la trama siempre se repite,
pena, penita, pena..., como la canción.
Su estrella rara vez brilló,
y cuando lo hizo mintió,
confesiones tardías en un confesionario vacío,
la mezcla de pensamientos y sentimientos,
al cincuenta por ciento.
Con un reinado por un día, se conforma…
secretos a voces,
la falta de vocación,
su más clara perdición,
en el escenario de la vida,
una falsa desnudez completa…, en su afán de triunfo.
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