Mamé Valdés, aquel niño raro y tímido de la bodega, se acabó convirtiendo en un testigo privilegiado del devenir de estos 40 años de Radio Chipiona. Habla de la emisora, sigue hablando, con pasión, la de quién siente que ha vivido algo histórico, que fue un antes y un después.
En los inicios fue espectador in situ de la incipiente emisora, luego pasó a hacer programas animado por su idea de trasladar a su tierra algo de aquella Movida madrileña que lo entusiasmó y, posteriormente, dando difusión y recorrido a sus inquietudes culturales. Mamé Valdés está tan cerca de la emisora como para seguir sintiéndose parte de ella, pero a una distancia que ofrece esa perspectiva que es valiosísima para no perder el rumbo.
Cristóbal Ruíz.
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