Cuando hay sequía política, las aguas vuelven pronto a sus cauces, las aguas revueltas en esta ocasión no existen, por lo tanto no hay ganancias de pescadores.
Desde la orilla eran muchos los que esperaban ansiosos
y ávidos el naufragio del barco, para luego acercarse a recoger sus restos, pero esto no ha sucedido, ahora
será cuestión de esperar y que la nave llegue a buen puerto.
Está claro que vendrán tiempos difíciles con tempestades, tormentas, temporales, borrascas e incluso hasta huracanes…, cada palo que aguante su vela.
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