Hay gente que no se escucha cuando habla, y procede a decir los que se le ocurre en el momento menos oportuno, primero gloria y después si es posible Paz, pero puede que el daño ya esté hecho.
Es increíble lo que puede salir de sus bocas, y si el
mismo descubre que ha metido la pata hasta el corvejón con una gran equivocación
garrafal, se pide disculpas y con los alegatos más increíbles, habrá un
público que para ellos es suficiente esa postura, pero está claro que para mí
no.
Si en algún momento tengo que pedir disculpas y perdón
lo pido y delante de quien sea, pero está claro que será con arrepentimiento y
no haré el gran papel de mi vida.
La tolerancia y el respeto muchas veces se agotan…
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