AQUÍ ESTOY EN LOS 80
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Después de 40 años de una “Grande y libre” y 5 años sin régimen, España se despertaba y no llorando, sino pataleando y exigiendo lo que el tiempo les negó. Aún hubo un nuevo intento de arrebatarnos nuestra flamante democracia, aquel 23 de febrero de l981 el Congreso de los Diputados se llenó de guardias civiles armados y al grito de “Se sienten coño”, nos “Acojonamos”, pero nuestro rey pidió desde los medios informativos que ningún español se sentara. Aunque yo no era muy monárquico, aquel día lo fui, pero eso es otra historia. La juventud de toda España descubría que “CASI” todo lo aprendido en los colegios, el hogar, los libros y los periódicos era una farsa; pasárselo bien no era pecado, ni inmoral.
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Desde mi pueblo “El centro del mundo” mis únicos contactos con el exterior era la prensa, la radio y la televisión, ir a Sevilla era una aventura y a Madrid una utopía. Aún recuerdo los programas de Radio-3 de Jesús Ordovás y la televisión de los primeros 80 donde había más ingenio y ganas que medios. Aquella “Edad de oro” de Paloma Chamorro, el polémico “Caja de ritmo” de Carlos Tena o “La bola de cristal” de Lolo Rico, que nunca entendíamos si era un programa infantil, juvenil o para adultos.
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Gracias a contactos, así como a catálogos que recibíamos de la capital, se conseguían aquellos primeros trabajos de muchos grupos, a los que de no ser así, hubiesen tardado mucho tiempo en caer en nuestra manos. Recuerdo los primeros discos de Kaka de Luxe, Radio Futura, Siniestro Total, Alaska y los Pegamoides, Parálisis Permanentes, Zombies, Loquillo y una gran larga e interminable lista de nombres. Madrid se convertía en uno de los centros culturales más importantes del mundo, y la Movida un fenómeno a estudiar. El tiempo pondría las cosas en su sitio y al final se reconocía la valía de todos aquellos personajes que la hicieron posible, ya no solo en lo musical, la Movida abarcó todos los movimientos culturales, pinturas, fotografías, esculturas, teatro, cine, literatura, etc.
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Después de 15 meses “Perdidos” cumpliendo con la patria, cosa que gracias a Dios ha pasado al olvido, no es cuestión de contar historias de “La puta mili”. Corría el año 1982, año del Mundial de Fútbol que se celebraba en España, con su correspondiente mascota “El Naranjito” que ya pasó a mejor vida como le pasaría más tarde a “Curro” el de la Expo-92 diez años después, ¿Quién se acuerda? Terminado mi servicio militar surge mi primer viaje a Madrid. Era septiembre de 1983, aún guardo mi primer billete de metro y el ticket de la primera vez que “Malcomí” en un McDonald,s. Durante tres semanas visité y pateé todo lo que en mi mente había visto y oído sobre Madrid.
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Aquella foto en la puerta del “Rock-ola”, la catedral de la Movida, no había grupo que no quisiese tocar en el escenario del local; por allí pasó la flor y nata de todo el panorama musical tanto español como extranjero. Pasando por aquellos domingos en El Rastro donde se podía a ver a todos los “Miembros” de la Movida: Alaska, Carlos Berlangas, Nacho Canut, Bernardo Bonezzi, los hermanos Auserón, el Zurdo, etc… Pero siempre desde la distancia, para mí era como si hubiese visto al mismo David Bowie o Lou Reed.
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La Movida Madrileña se hizo grande, su mayor éxito fue que se extendió por todos los rincones de la península. No hubo pueblo por pequeño que fuera en el que no existiese un Rock-ola particular y una “Fauna” que lo visitara. España se llenó de grupos, de fanzines, de sellos discográficos independientes, de salas de conciertos, de exposiciones, de vida, de color… La juventud se hizo punk, mods, rockers, siniestro, etc. Por una vez más “España es diferente”, un eslogan de los años 60 que volvía de nuevo a tener sentido. De eso hace ya más de 25 años, quizás estemos necesitando otra “Movida” que agite de nuevo nuestras conciencias aletargadas y acomodadas...
