Me contaba mi padre que a mediado de los años 70 cuando en el local que regentaba, una taberna en Chipiona de las que se les conocía como las típicas bodegas de mostos, porque solo se vendía durante todo el año el vino que se fabricaba allí mismo, pues en la nuestra también teníamos un pequeño lagar donde se pisaba la uva todas las vendimias en el mes de septiembre, durante una semana todos los días el lagar se llenaba de muchos kilos de tal fruta que se pisaban aquel mismo día.
De aquel lugar era cliente fijo y diario un lugareño muy borrachín “Que le gustaba más el vino que a un chivo la leche...” como se dice por aquí abajo, y al mismo tiempo lo visitaban en aquellos momentos los niños del barrio para que mi padre les obsequiara con un fresco racimo de las preciadas uvas, cosa que aquel individuo le molestaba como si le dieran una patada en sus partes bajas, y siempre decía la misma frase “Que pena de racimos, estos niños no pueden comer naranjas o sandías… Las uvas tienen que ser todas para hacer vino…”
Retahíla que repetía hasta la saciedad, que terminaba cuando los efectos del alcohol hacía que se le olvidara, hasta que aparecía otro niño por la mercancía prohibida y de nuevo a empezar con insultos, tacos e injurias varias, ya que eran el resto de los clientes los que mandaban a los niños a coger los racimos, para reírse de el y así se llevaban hasta que aquel original personaje abandonaba el local bajo el cobijo del Dios Baco, para la mañana siguiente repetir la misma historia… “Todas las uvas para vino… se iba murmurando”.
De aquel lugar era cliente fijo y diario un lugareño muy borrachín “Que le gustaba más el vino que a un chivo la leche...” como se dice por aquí abajo, y al mismo tiempo lo visitaban en aquellos momentos los niños del barrio para que mi padre les obsequiara con un fresco racimo de las preciadas uvas, cosa que aquel individuo le molestaba como si le dieran una patada en sus partes bajas, y siempre decía la misma frase “Que pena de racimos, estos niños no pueden comer naranjas o sandías… Las uvas tienen que ser todas para hacer vino…”
Retahíla que repetía hasta la saciedad, que terminaba cuando los efectos del alcohol hacía que se le olvidara, hasta que aparecía otro niño por la mercancía prohibida y de nuevo a empezar con insultos, tacos e injurias varias, ya que eran el resto de los clientes los que mandaban a los niños a coger los racimos, para reírse de el y así se llevaban hasta que aquel original personaje abandonaba el local bajo el cobijo del Dios Baco, para la mañana siguiente repetir la misma historia… “Todas las uvas para vino… se iba murmurando”.
17 comentarios:
Hola Mamé.
Bonitos recuerdos que compartes y me alegro.
Ese racimo de uvas tiene una pinta...que yo me apunto a ser niña para saborearlas.
Besicos
También yo me comería ese racimo: en uvas, en mosto o fermentadas ya.
Comprendo al borrachín, era como si le robaran el alma.
¡¡ Que cosas las de su padre !!
Ainss con los padres de antes. Qué de recuerdos nos guardan. Pero me siento tan orgullosos de ellos porque guardan con tanto amor esas experiencias que es como si se tratara de un baúl cerrado con llave y que en su día uno llega y pide permiso para desvelar esos secretos que nos pudiera servir para no caer en tentaciones ... como la de comerse ese racimo de uvas.. ¡¡ qué ricas!!.
Saludos.
(Para avisar de que participas, dejas un comentario. También cuando hagas el post. Ya sabes que tines que entrar en todos los blogs participantes y comentar y todos entrarán en el tuyo y comentarán. El domingo, todos los participantes votareis. Es por eso por lo que es obligatorio leerlos todos.Algunos ya han hecho su post: Anna, Maia, Desclasado, Nina,Pulgarcito soñador, Caruano y AnusskY)
Tenia toda la razón tu padre con ser gruñón por el reparto de las uvas. Esas uvas eran para el vino y las uvas de comer eran otra cosa...me encanta esa parte donde uno se pone un poco gruñón, ya uno va a lo que va y es hacer un buen mosto para después tener ese liquido que solo los dioses y nosotros los humanos apreciamos.
Bonita historia, llena de imágenes que me ha hecho imaginar tus recuerdos.
Saudos.
Mamé, que entrañable la mirada de tu padre. Las cosas que nos cuentan los padres siempre las recordamos, se quedan grabadas.
Mañana regreso a mi tierra. Si vuelvo el próximo año pasaré a visitarte.
Un abrazo andaluz
Mamé...tu padre tiene cara de bonachon...
las uvas de ese racimo están para comerselas...
a un borrachin no se le puede quitar ni un grano para su bebida...¡¡por Dios!!
Anímate para el concurso,Mamé, es muy distraido y es bonito participar...¡¡venga no seas perezoso!!yo es la primera vez que lo hago y lo estoy pasando muy bien.
Un saludo.
Menudo personaje. Me pregunto si también sería "agarrao" a la hora de soltar los duros. Un abrazo.
jajajaja Le entiendo muy bien, es mas, creo que tenia toda lA RAZÓN DEL MUNDO, LOS NIÑOS FRENTE A UN ADULTO, PUEDEN COMER CUALQUIER COSA MENOS LAS UVAS PARA HACER VINO PARA LOS ADULTOS que les está permitido,
...
Salud
Ja ja ja...que bien me llevaria con ese borrachin. Yo apruebo: todas las uvas deben ser para el vino. Un abrazo.
Mamé, más de una vez hemos pasado por ese lagar para cruzar por la carretá a la otra calle y meter las manos, coger un racimo de uva, y salí corriendo antes que nos vieran los que estaban pisando la uva, ¡que recuerdos más bonitos!.. Un saludo…TONY
Es con inmenso placer que me atrevo a entrar a tu blog, halar una silla y sentarme a conversar contigo, que es lo que me provoca, al leerte. Me gusta lo que cuentas y creo que esta visita se prolongará, si tú me dejas.
Un saludo cordialísimo
BB
jaja , las uvas todas para hacer vino, buena frase :) tu padre me recuerda al mío :)
Hay, que racimo espectacular, parecen tener vida!!!!!
Cariños
Bueno, bueno...las cosas de los mayores, pero tenía toda la razón del mundo, jajaj.
Bonita entrada Mamé
Saludines gaditanos
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