La tierra cada vez se alejaba más, primero abandoné mi país y ahora mi continente, agolpado en una pequeña embarcación, hacinado entre cuerpos y bidones de combustible, voy contando las horas que faltan para llegar a la ansiada orilla, nunca había visto el mar, es inmenso y cada minuto que pasa lo es cada vez más, el agua se vuelve oscura, la profundidad nos rodea, las olas golpean y zarandean la patera, te agarras, te sujetas, mientras las dudas y la incertidumbre inundan mi mente.
La noche…, la temida noche aparece de nuevo y ni una sola luz en el horizonte, los alimentos escasean y las mantas son compartidas, el frío recorre cada poro de mi piel, solo lo alivia el contacto de mis compañeros en esta triste aventura, se escucha algún susurro, algún llanto y como no..., algún rezo que pide a Dios, una señal que nos guíe a buen puerto.
Amanece poco a poco, la claridad nos conforta por unos instantes, para más tarde descubrir ni el más mínimo signo de la tierra prometida, la desconfianza vuelve a los ánimos, cansados y desesperado racionamos el agua, la poca que nos va quedando, el hambre, la sed y el frío, de todo lo que huíamos ahora nos persigue implacable y con más insistencia, y el tiempo juega en nuestra contra. Hombres, mujeres y niños, un futuro incierto, la esperanza de un mundo mejor, sueños y aspiraciones navegan a la deriva.
Sopla el viento, el peligro cada vez es más patente, el control de la situación cada segundo que pasa es más alarmante, nos apresuramos a sacar el agua con muestras propias manos, el fin de esta fracasada odisea se acerca, miro los ojos de la gente, llorosos y empañados por las lágrimas, nos miramos y callamos, solo callamos…
Esta historia se repite casi a diario en nuestras costas, miles de “ilegales” o “sin papeles” intentan cruzar el océano y son muchos los que por desgracia se quedan en el camino, y sus anhelos y ambiciones finalizan sumergidas en el fondo del mar, y los que lo consiguen malviven en un país que no es el suyo, una cultura que les resulta extraña, un idioma que no entiende, rodeados de pobreza y marginación…, quedando claro que esta no es la panacea esperada, no encontrando soluciones ni remedios a sus carencias y necesidades. En la tierra prometida no hallan el ansiado maná…, porque ellos solo son extraños en el paraíso...
De todas formas, pienso que hay que temer más miedo y desconfianza a las limusinas que a las pateras...
"Si fuera la patria como una madre cariñosa que da abrigo y sustento a sus hijos, si se les diera tierra y herramientas para sembrar, nadie abandonaría su patria para ir a mendigar el pan a otros países en donde se les desprecian y se les humillan" frase de Librado Ribera.
"Si fuera la patria como una madre cariñosa que da abrigo y sustento a sus hijos, si se les diera tierra y herramientas para sembrar, nadie abandonaría su patria para ir a mendigar el pan a otros países en donde se les desprecian y se les humillan" frase de Librado Ribera.
13 comentarios:
¡Menudo texto, Mamé! Extraños en el paraíso... Qué frase más apropiada para estos valientes que optan por sobrevivir antes de dejarse morir. Los admiro profundamente. Cuando los veo por nuestras playas (los que consiguieron llegar), con sus eternas sonrisas, siempre tan amables, tan serviciales, me parecen ejemplos de vida.
Un post emotivo.
Feliz semana.
Un texto emotivo que deberían leer muchos españolitos todos los domingos en vez de ir a misa y soltar por su boca frases hechas, que no salen del corazón.
Bicos
Pregonamos paraisos, paraisos de materia abundante e innecesaria. Convertimos paraisos en infiernos, para aquellos que persiguen el bienestar pregonado por los moradores del paraiso.
Pero no colaboramos en mejorar otros paraisos donde aun persiste el origen más primitivo de la vida. La miseria.
Quizás en nuestro paraiso se tira la comida que no comen otros, quizás en nuestro paraiso el color de la piel es demasiado importante y determine el estatus social y el derecho mismo a la misma vida.
No basta con ser conscientes de que existen, es necesario hacer algo para que ellos no tengan necesidad de dejar sus paraisos,maltrechos y saqueados por los moradores del bienestar, a costa de sus riquezas.
Nos quejamos de todo,si nosostros estamos en crisis...como se denominar lo que viven ellos desde siempre?
Humano artículo.
Un abrazo amigo
Primero fuimos emigrantes: Luego empezaron a venir otros. PRONTO TENDREMOS QUE VOLVER A EMIGRAR.
Es un verdadero drama por el que pasa esta gente, total para encontrarse con nuestro panorama actual despùés de haber arriesgado la vida y las penalidades y gastos pasados.
Decirle a mariajesusparadela que los nuestros YA están emigrando.
Salud
Muy bueno el relato, Mamé. ¿cuantos se habrán quedado en el camino y nunca nos enteraremos?. Y lo malo es que cuando deja de ser noticia, por lo cotidiano, empieza el olvido de estos extraños en "nuestro paraiso".
Un abrazo.
Esa es la realidad cotidiana de cientos de personas que persiguen un sueño ilusorio. La realidad de las costas de Cádiz. Ay, recuerdo Tarifa y me descorazono, la hospitalidad de los tarifeños hacia estos hermanos azotados por el mar....
Sabes que soy muy sensible a este tema, porque lo viví de forma cotidiana durante más de tres años. ¿Te acuerdas de mi relato "Cementerio de sueños"?
Me llega al alma.
Me ha gustado mucho, Mamé.
Un beso.
Estupenda tu reflexión Mamé. Me vino a la cabeza el tema "Clandestino" de Manu Chao.
http://www.youtube.com/watch?v=0TamvrMZl4g
Este tipo no es muy políticamente correcto :)
Un abrazo
¡Circunstancias Mamé! la migración sujeta a tantas variantes del destino de los pueblos. Lo bueno sería que cada pueblo, cuando le toca recibir, lo haga lo más humanitariamente posible. Porque para nadie ha de ser nadita fácil dejar absolutamente TODO atrás, para lanzarse a la búsqueda de paraísos que se tornan en pesadillas, por la desposesión de arraigo.
Circunstancias muy tristes...
Abrazos.
Cuantos no se habrán quedado, en medio de ese mar, como tú bien dices Mamé, aunque solo nos enteramos, de los que llegan, o los que naufragan cerca de la costa. Muy buena entrada...Un saludo...TONY
Uffffff, con este texto, me hsa dejado sin palabras.
Un beso
Buen texto, Mamé. De esos que hacen falta exponer de vez en cuando. Porque, amigo, se nos olvida de tanto repetirse este drama humano.
El paraíso, No existe tal paraíso. El mundo civilizado, rico, derrochador es también poco solidario y muy egoísta. No quiero ser negativo pero sí realista.
¡Qué mal repartido está el mundo, Mamé!
Un abrazo de Mos desde mi orilla al este del paraíso.
Un texto, Mamé, que se debería de impartir en las escuelas, o colocar en pasquines, es mucha la ola de xenofóbia y racismo que se está poniendo de moda por culpa en parte de la crisis y sobre todo por algunos partidos que se acogen a la discriminación como forma de conseguir un puñado de vergonzosos votos.
Gracias y un abrazo
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