Está claro que después de 35 años trabajando en la hostelería siempre me quedará algo de “deformación profesional”, esto lo digo porque cada vez que visito un bar suelo poner mucha atención de cómo está la distribución del mobiliario, de la decoración y de la forma que tienen de trabajarlo…
Suelo observar la variedad de vinos, pero sobre todo en los licores que ofrecen, y me suelen sorprender con algunas novedades y otras veces con todo lo contrario cuando descubro botellas que tenía olvidadas o pensaba que ya habían desaparecidos del mercado, detrás de las nuevas adquisiciones hay siempre algunas ya abiertas y casi siempre a la mitad y cubiertas de polvo, y es cuando me hago las preguntas ¿Desde cuándo están ahí? ¿Quién sería el último cliente en haber probado dicho elixir? ¿Estarán ahí desde la inauguración del establecimiento…?
Recuerdo a finales de los 70 y principios de los 80 que me gustaba probar todo lo que había en las estanterías por muy extraños que parecieran, era solo por pura curiosidad porque lo que es beber… soy poco bebedor, y he de reconocer que muchas veces las mezcolanzas eran explosivas y no por la cantidad sino por las mismas mezclas en sí, cosas de juventud…
Me viene a la memoria el Cointreau que es un licor francés elaborado a base de cáscaras de naranjas, pues allí estaba yo para saborearlo, y como no recordar el Licor 43 una leyenda urbana decía que llevaba 43 ingredientes distintos, y que se podía acompañar con todo lo imaginable con zumos, leche, café, batidos… y su famoso slogan publicitario era aquello de… “Guerra a la vulgaridad” además era una bebida creada en España conocida a nivel mundial.
Y yo era aún era más atrevido al catar licores como los de lagartos chinos y los de gusanos mexicanos, con el tiempo me fui más moderando con algunos más usuales como los de canela, bellotas, limón, avellanas y “otras” hierbas…
Seguro que por vuestros hogares rondará alguna botella “extraña” y perdida de alguna Navidad ya olvidada en el tiempo, beber para recordar…
P.D. “Este texto está dedicados a mis amigos de "correrías" Mari luz, Gema, Beni y Enrique “El Tigre”.
13 comentarios:
Vaya, que me estas recordando a mi padre, 60 años en el ramo. Bs.
Yo también me sorprendo cuando veo una botella como las que veía en mi juventud y me sorprendo de que todavía siga fabricándose ese licor... Lo que ocurre con los licores es que, si no eres aficionado, no los consumes y en el supermercado ni te fijas.
Yo, que he sido muy bebedor, nunca he optado por el dulzor extremo de los destilados y anisados (aunque el sabor del Cointreau he de reconocer que me sorprendía), y sí he sido más de vino y de cerveza.
La gente suele beber para olvidar.
De ahí la originalidad del título.
Ya decía yo que en los últimos tiempos me fallaba la memoria, es que cada día bebo menos.
Nunca fui muy bebedora pero de vez en cuando me tomaba un whisky, que es la bebida que más me gusta, después de un buen vino (Albariño). En los últimos años, con tantas canas, fui abandonando los vicios. Ya no fumo, ni bebo y peso un montón de kilos más de los que debiera.
Bicos
jajaja mariajesús tiene razón, a mi me llamó la atención el titulo y pensé que habían descubierto algo para el Alzheimer...jajaja
Salud
Recuerdo mucho la botella de Anís del Mono y la de Ratafía que todavía siguen vigentes en nuestros tiempos.
Mis gustos son más de gin!
Un abrazo,
jeje me recordaste una experiencia con los licores aquí te dejo el enlace a mi punto loco por si quieres leerlo
se me escapó sin abrazos :)
Con tu divertida entrada, me hiciste recordar mezcolanzas con efectos desastrosos de la época de universidad, jajaja. Tienes un tino... ¡fenomenal!
Saludos
YO no soy de beber, pero me ha pasado como a ti, me gusta probar el sabor de los licores.
Me llamaba mucho la atención los colores ¿te acuerdas del curaçao azul? ¿o del semáforo, que era si mal no recuerdo, zumo de piña, menta y granadina? o el San Francisco, zumo de melocoton, con granadina y algo más que no recuerdo, con azuquita por los bordes... recuerdo cuando un amigo mío en un cotillón borracho perdido, pidión un San Jacobo en vez de un San Francisco juas juas juas Abrazos!!
Huy, uno que busco y no sé si fabrican, por si lo sabes, era el Cacao Pico, que hacían en El Puerto,e staba de muerte pero no lo he vuelto a encontrar.
Jajaja, Mamé, rescatando licores...
No soy de beber nada, enseguida se me sube a la cabeza y me deja fatal, pero recuerdo estas botellas de antaño.
Me ha encantado la entrada de abajo, estais muy guapos.
Gracias, gracias, gracias. Vamos a tener que juntarnos, para hacer un Fanzine o lo que sea..... ;)
Ja, jaaaa. Somos frikis de las barras, yo miro todas las botellas de cualquier bar. Me molan tanto las de las tabernas con solera como las novedosas pócimas de colores que se lucen en los locales de moda. Gracias por la dedicatoria, somos los únicos amigos de "correrías" que nunca nos hemos emborrachado juntos, y, aunque suene raro, hubo un tiempo en que cerrábamos todos los bares del pueblo.
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