Me encantó la boda, que bonita la decoración floral de la iglesia, y el traje de cola le daba la vuelta a todos los invitados, el trío de cuerda en la entrada, la tirada de arroz de colores, el coche de caballos a la salida, el recibimiento al convite con el venenciador ofreciéndote una copa de vino como bienvenida, esas vistas desde la terraza del restaurante, esas mesas personalizadas que no les faltaban un detalle, esa degustación de canapés interminable, esos camareros tan elegantes y profesionales, ese maridaje de siete platos y sus siete vinos diferentes, esas vitrinas gigantescas de postres, ese momento espectacular cuando la novia tiró el ramo desde un trapecio tan alto, la actuación de la comparsa a medio del almuerzo, ese mago cortando a la madrina por la mitad para disfrute de los niños, el castillo hinchable, el mimo, el pony, el pinta caras, el traga fuegos, la gran orquesta, el disc jockey, el espectáculo de humo y luces, la bailaora de flamenco y el guitarrista, el vals para dar comienzo el baile, la coreografía de los amigos súper ensayada, quizás un poco larga, como el video de cuando erais pequeños y cuando os conocisteis, la bailarina de la danza el vientre, la cascada de fruta fresca, la de regalos y detalles que ofrecisteis: El abanico, el sacacorchos, el llavero, el botecito de gel hidroalcohólico, el bolígrafo, la agenda, el costurero, la botella de rioja personalizada con la fecha y los nombres, el monedero, el espejito, la mascarilla… la tarta de 20 pisos con ático incluido y al final el mariachi.
Se me olvidaba… que guapa iba la novia, por cierto no
conocía a nadie, sería porque en la boda me colé…
P.D. Lo mejor la suelta de la vaquilla... (Basado en un hecho real).
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